CORRECCIÓN CREACIONES LITERARIAS

Como ya sabemos, en nuestro país la lectura en las aulas está muy abandonada a nivel económico, ya que la mayoría poseen libros anticuados y que a los niños no les llaman para nada la atención.

Nosotros como futuros docentes tenemos la oportunidad de cambiar esto con algo esencial: la imaginación y creatividad. Si la escuela no dispone de los recursos necesarios como para renovar libros, lo haremos por nuestra cuenta. 

En esta actividad y tras los bloques de literatura estudiados en clase, somos capaces de crear una nueva historia siguiendo los pasos que hemos aprendido. Lo bueno de esto es que a medida que realicemos más y más, aprenderemos de nuestros errores y mejoraremos progresivamente. 

A continuación, presentaré las tres creaciones de la actividad del Bloque 3, una de ellas plasmada en un cuento manualmente.



EL SECRETO DE ENEA.

Érase una vez una niña llamada Enea que vivía en una lejana aldea junto a sus papás. 

Enea siempre había sido muy aventurera y le encantaba descubrir nuevas flores, insectos, rocas… pero sus padres tenían miedo, ya que alguna vez se había escapado a explorar el inmenso campo que tenía ante sus ojos.

Un día descubrió que a lo lejos había un hermoso campo lleno de flores con todos los colores que nadie podría imaginar. Sabía que sus papás le habían prohibido ir sola hasta allí, pero no se lo pensó dos veces y decidió ir.

Una vez allí, comenzó a ver unas criaturas muy pequeñitas y hermosas que revoleteaban a su alrededor. La niña preguntó quiénes eran, y estas le respondieron: Somos las hadas encargadas de cuidar a nuestras queridas flores.

Enea tras charlar un rato con ellas preguntándoles, se convirtió en su nueva amiga, pero con la condición de que no dijera a los humanos que sabía de su existencia, ya que podrían ir y robar sus flores tan valiosas. 

Se hizo tarde, y la niña volvió a casa con sus papás. Al día siguiente volvió y su sorpresa fue cuando se encontró a las hadas llorando. Estas le contaron que no encontraban a la más pequeñita del grupo llamada Tatiana y que tenían miedo por si le había sucedido algo malo. 

Para ayudarles, Enea avisó a sus amigos de la aldea pidiéndoles ayuda para encontrar a su amiga. Estos aceptaron y prometieron mantener el secreto. Todos acudieron al campo de flores y buscaron durante un gran rato por cada rincón.

Preguntaron a las lilas, las rosas, las margaritas, los claveles… y nadie había visto a Tatiana. 

Hasta que un escarabajo que pasaba por allí preguntó si buscaban a su hada pequeña, y todos con gran pena afirmaron que sí. Este les dijo: Hay un lugar en el que todavía no habéis mirado. Se trata de una flor amarilla y grande, que gira y gira buscando el sol.

Entonces todos exclamaron: ¡Es el girasol!

Cuando fueron hasta allí, se encontraron a la pequeña durmiendo plácidamente dentro de él. 



La primera creación es en prosa. La estrategia utilizada es la de dibujo, es decir, observar una ilustración y dejar volar tu imaginación tras lo que esta te transmita. En mi caso, me he basado en un cuadro colgado en mi habitación, al que tengo gran cariño ya que mi tía lo pintó exclusivamente para mi. El cuadro representa un gran campo lleno de flores que trasmiten paz y alegría. Tras darle vueltas a la cabeza, decidí basarme en dicho paisaje para mi historia. 

He decidido que la edad adecuada para trabajar este cuento en el aula sería para niños de cuatro años. Es un cuento con una trama bastante sencilla y un vocabulario adaptado a la edad de los niños. A la vez se acompaña de imágenes simples y que visualmente pueden aportar información extra a los alumnos para que sigan más adecuadamente la historia. 

Debido a las circunstancias en las que nos encontramos, la búsqueda de material por casa resulta algo más complicado que si disponemos de cualquier papelería al alcance para comprar material correspondiente. 

Pero como debemos adaptarnos a todo lo mejor que podamos, he decidido plasmar la historia en folios (los cuales he pegado de tres en tres para aumentar la resistencia). En otro caso hubiera escogido un material más duro, como cartulinas o cartón pero no disponía de ello. Como portada he reutilizado unas plantillas de goma-eva que tenía por casa. Pero he de decir que mis grandes aliadas han sido las revistas que tenía de todo tipo, con las que he hecho mulititud de recortes para adornar y montar la historia. 


A continuación, os dejaré imágenes de mi creación, espero que os guste:





















LA LUNA.

La luna es como un quesito flotando en el espacio.

La luna es como un garbanzo gigante.

La luna es como una farola sin electricidad.

La luna es la mamá de las estrellas.

La luna es blanca como la nieve.

La luna es la favorita de los lobos.

La luna es donde van los astronautas.

La luna nunca se cae del cielo.

La luna juega al escondite con el sol.

La luna nunca necesita pilas.

La luna es redonda como una rueda.


La creación del verso se basa en comparaciones cómicas sobre objetos o personas que tengamos en nuestro entorno o que nos llamen la atención. En mi caso, he decido escoger la luna, ya que a día de hoy, recuerdo que en el colegio me enseñaron una poesía que giraba entorno a ella, la cual no recuerdo con exactitud como era. 

Hacer esto a través de comparaciones me parece bastante útil especialmente en las aulas de infantil, ya que los niños pueden aportar sus ideas, sintiéndose protagonistas de la actividad y reteniendo mucha información sin que se den cuenta. 

He decidido escoger la edad de tres años ya que la creación es bastante corta y el vocabulario podría ser utilizado perfectamente por un niño de esta edad. A la vez, es una buena alternativa como iniciación a las creaciones en el aula de este tipo de versos. 




 EL DÍA QUE EL SOL NO SE DESPERTÓ.

Narrador: El duendecito Pepín era el encargado de vigilar a la naturaleza, de velar por el medio ambiente y de que todo estuviera bien.

Un día, Pepín se despertó en la setita donde vivía, y se dio cuenta de algo sorprendente, ¡El sol no se había levantado!

Pepín agitado gritó: ¡SOOOL! ¿Te has dormido?

Narrador: En ese momento, pasó por allí el Señor Búho y le preguntó: ¿Pepín, que te ocurre?

Narrador: A lo que respondió:

Pepín: Mi amigo el sol no ha salido y no se nada de él, ¡Estoy muy preocupado!

Narrador: Búho le prometió que si le veía volvería para avisarle.

Pasaban las horas y sol seguía sin aparecer.

Pepín: Pues si Sol decide no contestarme, iré yo en su busca… ¡Esto no puede quedar así!

Narrador: Por el bosque, se encontró un enorme pino y se paró a charlar con él por si sus elevadas ramas le habían permitido ver algo sospechoso.

Pepín: Querido pino, ¿Puedes ayudarme? No sé nada del sol y ya debería estar alumbrándonos a todos.

Pino: No pequeño duendecillo, no se nada, pregunta al riachuelo que pasa por aquí.

Narrador: Entonces, Pepín marchó corriendo en busca del riachuelo. Cuando al fin le encontró le preguntó.

Pepín: Mi querido riachuelo, ¿Sabes dónde a podido meterse el sol?

Y el riachuelo contestó: Lo siento duendecillo, llevo desde ayer sin verle. Pregunta a la tierra del suelo, seguro que sabe algo, ya que ella es muy sabia.

Pepín desesperado se plantó ante ella.

Pepín: Queridatierra, debes ayudarme… ¿Dónde crees que se habrá metido sol?

Tierra: No lo sé duendecito, pero mis plantas le necesitan para poder crecer… ¡Has de encontrarle! ¿Por qué no preguntas a las gotitas de lluvia? Son sus vecinas y algo sabrán de su desaparición.

Narrador: Era la última esperanza de Pepín, y aprovechó que llovía para poder hablar con algunas de ellas.

Pepín: Hola gotitas, no quiero molestar… pero necesito que me digáis donde se encuentra vuestro vecino Sol ¡Llevo todo el día buscándole!

Narrador: Las gotitas comenzaron a reírse y Pepín no entendía nada.

Pepín: ¡Esto no es gracioso, no sobreviviremos sin su luz!

A lo que las gotitas respondieron: Pequeño duendecillo, debes dejar de ser tan despistado… Hoy Sol está escondido.

Pepín: ¿Cómo que escondido? ¡Esto no es un juego!

Gotitas: Escondido por nuestras madres las nubes… en un ratito nos iremos y… ¡Sol volverá a enseñaros sus espléndidos rayos!

Narrador: Entonces Pepín sonrió de oreja a oreja al saber que su amigo Sol estaba a salvo.



Para elaborar la creación dramática podemos usar los mimos recursos que para la creación en prosa, ya que son válidos para ambas.

En mi caso, este texto quizá haya sido el que más me ha costado porque no estoy tan familiarizada con él. Dando vueltas a la cabeza comencé a pensar en la situación que estábamos viviendo actualmente. Cuando esa misma mañana fui a comer en la televisión estaban anunciando que en Madrid la contaminación se había reducido notablemente. Por eso, decidí que quizá era una buena opción elegir el tema de la naturaleza para crear este texto. Decidí que el protagonista, o al menos uno de ellos, sería un personaje fantástico, en este caso el duendecillo. Lo demás vino rodado, tras pensar un poco como quería enfocar el nudo de la historia. 

He decidido escoger a niños de cinco años, ya que quizá al ser algo más mayores que en los otros ejemplos sean capaces de memorizar la historia con más facilidad, y tras repetirla varias veces, puedan llegar a representarla escogiendo diferentes roles cada uno.


En conclusión, una vez más verificamos la gran importancia que la lectura tiene desde la etapa infantil. Es muy triste ver como esto se pierde día a día en algunos centros e incluso en casa. Como docentes, somos capaces de demostrar que algo tan imprescindible como es el uso de cuentos literarios pueden añadirse en el aula a modo de rincón de lectura, sin necesidad de que suponga un gran coste económico, poniendo muchas veces esto como excusa. Labajo, Irune. (s.f.) ''Textos folclóricos y adaptación''. Literatura Infantil. La Salle Centro Universitario. 


Referencias: 

Labajo, Irune. (s.f.) ''Textos folclóricos y adaptación''. Literatura Infantil. La Salle Centro Universitario. 

Labajo, Irune. (s.f.) ''Organización y actividades de Literatura Infantil''. Guía de trabajo. La Salle Centro Universitario. 


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